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Pablo fue siembre un chico disidente. Cuando a los demás chicos de su entorno les interesaba el fútbol, él prefería la gimnasia deportiva. En el cole, en el patio se sentía más cómodo con las chicas, podía hablar con ellas y tenían cosas en común. Cuando los demás chicos pasaban el rato viendo partidos o peleando, Pablo prefería aprenderse, con su hermana, coreografías de distintos videoclips.

Desde muy pequeño su atracción por el arte era muy plasmable, la pintura, la música, el teatro, el cine… pero sobre todo la danza y el movimiento llamaban enormemente su atención.

En la era de las cámaras compactas y las Polaroid, el mundo de la instantánea no tardó en cautivarlo. Pronto se hizo con una cámara con la que empezar a retratar, primero todo su alrededor y más tarde, lo que realmente se revolvía en su interior.

Por vocación empezó sus estudios de medicina, su obsesión por la anatomía humana y su biomecánica lo llevarían a especializarse como cirujano ortopédico y traumatólogo. Compaginando su carrera científica con su atracción artística, continuó su formación en danza, diferentes disciplinas escénicas y en fotografía.

Llegaba el momento de unificar todo esto bajo una sola mirada, la mirada de Paolo (apodo con el que sus amigos lo llamaban), así nacía Paolook.

Paolook se especializa en fotografía de cuerpos, de su amada anatomía , pero anatomía con emoción, emoción que nace desde el movimiento y las líneas de danza que dirige en sus modelos.

La fotografía de desnudo para Paolook es la mejor manera de mostrar la anatomía pero nace también en él un fin reivindicativo. Como aliado del feminismo y de las nuevas masculinidades, Paolook pretende aportar un referente artístico en el que el hombre también aparezca vulnerable, muestre su verdadera naturaleza, pierda su situación de privilegio y su singular de “macho”  abriendo la puerta a la pluralidad de las masculinidades.


 

...El movimiento es infinito, no entiende de género y su lenguaje es universal...

 

 

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